RAMÓN LLANES

BLOG DE ARTE Y LITERATURA

martes, 23 de abril de 2024

EL LIBRO

                 EL  LIBRO

 

 

Qué sueño, qué poema, qué conspiración, qué turbulencia, qué profecía, habrán escapado de la  permanencia, desde una página  solapada?. El autor, movido por un resorte de sabiduría, anega campos blanquecinos y somete su inspiración a cualquier voluntad. Lo hace con la fundamentación del pensamiento. Absorto o loco, escribe en letras y vocablos aproximaciones a la realidad, se baña en la ficción, se desmenuza en partículas, grita página a página para no ser oído, solo tenido, quizá llorado, tal vez vivido.

 

El autor se aligera de promesas con errores de cálculo, corrige mil fórmulas nuevas, se entierra en una sangre propia para  resucitar  en los papiros y sufre un parto de primeriza cuando la luz le concede una libertad de tenencia y  puede arrodillarse con adoración sacrílega al hijo encuadernado. El autor no se cansa. El autor, el pro-artífice de una obra esculpida para los hombres, devengará incontrolados placeres desde la creación hasta los adjetivos que le aguardaron , incluidas menos alabanzas de las permitidas y menos halagos de los solicitados.

 

El lector empaña dedos en la recién merecida caricia tributando el primer consentimiento de homenaje, subiéndolo al quicio de su memoria en donde rumia composición, sintaxis y sinónimos hasta destrozarlo por el uso y llevarse jugos y mensajes,apareándose con esa soba de lenguaje que la lectura le proporciona. En la soledad, autor y lector, se alían en la misma historia, sufren juntos y aman juntos con la misma intensidad, se conocerán a su través, les unirá el texto y se entenderán sin rubores. El lector ha de ser amante deseoso, siempre agradeciendo  los órdenes o las delicadezas, para entrar en la salvación del  autor.

 

El libro es una sugerencia a la libertad, a la tolerancia, a la comunicación y a los deseos. Y todos , desde el autor, conspirarán por perpetuidades ; y todos, como enseñantes, eludir rabias y soeces en su contra. Nada más preciado se adora.

 

En una sociedad cercana, alistada a un bienestar que se intenta conseguir, algunos tipos inteligentes, repartirán libros una tarde de primavera al lado de algas marinas y flamencos rosáceos, intensificarán los métodos de la paz en una ciudad cualquiera con nombre antiguo y allí los niños huirán de batallas, asomarán un prólogo a sus narices y pondrán alivios a las discordias del día. Todas las semanas serán fiestas de libros en esa ciudad arropada de historia y las voluntades se desquiciarán en rupturas viejas. Predominará la letra y detrás el entendimiento y luego el saber. En el lugar de la indigencia, criterios y opciones, alternativas de refugio societario compartido.

 

Es, otra vez, tiempo de libros. Devenir a la liturgia de la lectura, llegar a los epílogos de la sed y reencontrarse cara a cara con la felicidad escrita.

 

 

 

 

                                                        Ramón Llanes

DESPERFECTOS

 

 

DESPERFECTOS

 

            Alguien – no sé quién ni me importa ni me parece necesario ni es adecuado para cuanto deseo contar ni tiene utilidad su nombre ni está castigado por eso-, alguien de este mundo o de los mundos de allá o de las esferas llamadas celestes o de los charcos de las estrellas o de la última órbita del planeta anónimo o del infierno que duerme en esa parte desconocida del universo, alguien osado o tal vez cumpliendo órdenes o simulando que es poderoso o que se cree más listo que la luz o un despistado lucero del alba o alguna galaxia distraída o quizá la mano dormida de un dios en horas bajas o quien sea, alguien que no procura entendernos o que no pasó los primeros días de su vida con nosotros o que despotrica del soñar o que nunca tuvo novia o que prefiere la oscuridad, alguien en definitiva que no viste como nosotros ni se afeita ni eructa después del almuerzo ni echa de menos al lupanar del ocaso ni sabe de cosenos ni habla sánscrito, alguien intruso ha lanzado desde no sé dónde un meteorito o lastre o basura nuclear o libros quemados o desesperaciones desde lo más alto de lo más alto y ha creado confusiones en esta parte baja del lodo, aquí en donde nosotros sufrimos la incertidumbre de vivir, aquí en este pueblo pequeño sin luz en las esquinas ni riqueza en las sombras, alguien “sabijondo” ha dejado moverse a un raro ejemplar extraño, de piedra o fuego -¡vaya usted a saber!- que nos ha ocasionado desperfectos en el clima, en la alegría, en la siesta, en el amor y hasta en la hipoteca y nos tiene preocupados al máximo, y no sabemos reaccionar y algunos observan el fútbol sin atención y otros u otras se santiguan por si acaso y se percibe un estrés impropio en los más humanos, que nadie -ni siquiera los alcaldes- saben resolver con cierta dignidad, y andamos resumidos en minúsculas motas de algo desprotegidas siempre de alguien y así nos va por ahora, que a las diez tengo una cena con los amigos y una cita con una amiga y todo cambiará como de la noche al día. ¡Qué calentón!.


Ramón Llanes

TROZOS DE VIDA

 

PRESENTACIÓN DE TROZOS DE VIDA

 

Estos poemas son como un recorrido por la vida cotidiana, con un lenguaje poético que parece proceder de esa voluntad que tienen los poetas para nacer cada vez que amanece.

Con esta definición introduce la prologuista Joaqui Pérez Calero al poeta en esta geografía de la razón lírica; pronostica que el poeta posee un don alentador llamado voluntad para ser capaz de nacer cada vez que amanece. Y es así, la poesía hace que las cosas que no existen nazcan al espacio de los sentidos y se jueguen la vida en el hacedor poema que inventa la emisión del latir.

El poeta ha cortado una rama, ha cantado a un árbol, ha cursado ejercicios de ternuras con la piel y todo lo ha hecho con respeto, con un tono de mezcolanza con la naturaleza, con una dosis magna de complicidad; se ha comprometido con lo humilde, ha bajado de la grandilocuencia que podría otorgarle el rango de escribir para poner las manos sobre otras manos y para acariciar su universo. Y todo, todo, porque Me obsesiona la comunicación, el tú a tú, la mano tendida, la silla baja, el susurro y el encuentro en la amistad. Lo dice así en uno de sus poemas, ese encuentro con la amistad, como si su obsesión fuera incómoda y tratara de superarla a base de entregas de silla baja y de susurros. Lo dice él porque lo siente y sé que no es un sentimiento nuevo que haya aprendido en esta semblanza de sí mismo, el poeta es así desde siempre, solo que es ahora cuando se atreve a memorarlo; es tímido, no se cargó de palabrerías ni de valor para asfaltar las páginas, solo quiso enseñar su cajón escondido, su liturgia, con todos los rasgos de emociones que a él mismo le han proporcionado, desea compartir porque lo vivido en su silencio le parece compartible.

Pero este poemario son Trozos de Vida y el poeta no se queda en sacar su traje y tratar de airearlo, hace una secuencia concreta de su sutilidad porque tiene otra misión más sublime, quizá la segunda parte de su proyecto y lo describe en estos versos: Sabed, que mi búsqueda está en encontrar el cauce de la palabra, de la comunicación. Y a ello dedica la vida versificada que con dignidad y empatía trata de mostrar. Encontrar el cauce de la palabra y acompañarla y seguirla y llegar a la culminación ética de toda palabra que es utilizarla con deleite para comunicarse con los demás y con el cosmos, y entenderse siendo uno más de esa sociedad. Y el poeta quiere descubrir sus códigos de navegación, navegante en su marejada, dice, y continúa sus descripciones íntimas como quien echa de comer a los pájaros en el jardín, con esa naturalidad que los vencejos pueblan la tarde; ya están formados los pilares de sus Trozos pero su proyecto va más allá, también pretende que los otros se impliquen con él en esta aventura de cambiar la tribu y viene a proponer una súplica: A todos, os pido que no faltéis a la cita de este manifiesto, os pido acogida, posada. ¡Qué desfachatez!, no se conforma con llegar y mirarnos con afecto y arrancarnos una emoción, ahora se atreve a meternos en su saco que a modo de manifiesto ha construido para librar al mundo de aquello que él entiende como nocivo y quiere que le acojamos en nuestra posada porque dice que El hambre nos la tenemos que comer juntos, y los pájaros tristes nos darán su gran compañía. ¡Otra osadía!. Nos asusta con alimentarnos de hambre y esto poéticamente es bello pero la amistad a la que aludió al principio se aparta de este extraño proceder. Y proclama que los pájaros tristes nos darán su gran compañía, en un intento de conformarnos y alentarnos para sobrevivir en el empeño.

Hay más, los versos no acaban en un renglón más o menos largo, los versos tienen continuidad en el mensaje y pensamiento en cada palabra. Y lo consigue, sabe de implicaciones humanas, sabe a quién dirige su ejercicio de poeta y sabe que ha plantado en buen lugar sus semillas. Tiene un halago para los suyos, pone actitud de acompañante a quienes van a seguirle en la epopeya del cambio, su proyecto tiene infinidad de sorpresas y no puede dejar atrás a quienes le sobran y con idéntico respeto que a los amados, advierte dulcemente: Otros os quedasteis en el camino, en la virginidad del silencio, en el manifiesto nunca realizado. Parece un castigo a quienes se olvidaron de sus Trozos de Vida para mejorar la existencia, pero solo es una sinfonía en amor mayor que aparece al final de estos signos escritos que antes fueron símbolos y después de vividos son un pentagrama de músicas para esa parte del alma a veces no descubierta.

 

            Ramón Llanes. Huelva 17 abril 2024.

lunes, 22 de abril de 2024

TE CUENTO. PEDIDOS


 

PERDONANDO A PÉREZ

 PERDONANDO A PÉREZ

 

 

Pérez es un árbitro que en una noche de sábado creó desconsuelo colectivo a una afición a causa de sus errores; Pérez es un fontanero que colocó al revés las tuberías del aseo y dejó salir agua hasta llenar la casa; Pérez es conductor que se saltó un semáforo  y partió un árbol; Pérez es también un ladronzuelo dedicado a robarle los bolsos a los ancianos; Pérez es un marido violento que arremete contra ella cuando toma dos copas de más; Pérez es un político que se olvidó de servir y se sirve del cargo para engordar su patrimonio; Pérez es un médico que olvidó ponerse aquella mañana su bata de médico  y extendió un diagnóstico equivocado; Pérez es un futbolista que falló un penalti. Pérez es también un hombre cualquiera que se equivoca y Pérez es un forofo que mira las jugadas con altos grados de subjetividad y no tiene capacidad para discernir.

Para todos los hombres Pérez existe un nivel de tolerancia que la propia sociedad va marcando, con sus pautas de desencanto, de desconsuelo, de inestabilidad. Y para todos los Pérez sociales que nos movemos en este circo existe también un nivel de condena y otro nivel de perdón. No solo los Pérez son culpables, no solo a ellos se les deben magnificar los infortunios, no solo para ellos ha de existir rechazo, entre otras muchas cosas porque todos somos Pérez alguna vez en la vida. Quede que somos perfeccionistas y nos gustan las cosas bien hechas, quede así y que es de humanos equivocarse y de humanos perdonar a los Pérez del mundo.

 

 

 

Ramón Llanes. 

LA POESÍA DEL FÚTBOL

 


LA POESÍA DEL FÚTBOL

 

El fútbol tiene su lírica, su rima, sus endecasílabos y sus metáforas; sobre un manto verde inmaculado crecen latidos y asoman lágrimas, se simula un universo con sus estrellas brillantes y sus apagadas galaxias, se funden calor y gozo al ritmo de una filigrana bella que hace vibrar de entusiasmo a los humanos que la perciben y casi que elevan a la sublimación de arte; el grito de ánimo es una música con estridencias escrita en un aire infinito, las voces son canciones de honor y brindis de felicidad, la alegría que se exhala cumple una misión psicológica capaz de aliviar un estado de ánimo y perder la contienda colabora en la superación para construir la próxima ganancia. El mundo de los seres que aplauden ama el fútbol porque es poesía, que si no tuviera imágenes y careciera de una perfecta armonía emocional habría acabado pronto o tendría mínimos adeptos. Un poema es todo eso que el fútbol juega en la primavera del campo adornado con una indescriptible pasión, un poema expresa un gol tal como la sensibilidad anota un verso, el fútbol es una sinfonía de hombres con sentimientos, la poesía es una sinfonía de  sentimientos con palabras. Ambos son de esta vida.

 

 

                Ramón Llanes. 22 abril 2024.

domingo, 21 de abril de 2024

CRÉEME

CRÉEME



Créeme, yo también nací del orgullo con urdimbres distintas y ahora soy una mezcla de animal, de rosa, de piedra, de salitre y de mujer; me crecieron en alma abierta, soplé las velas de los cumpleaños con mis amigos sin preguntarnos la tendencia, el grado de libertad o el color del columpio del barrio; créeme que jugué a muñecas y a gigantes, a balón y a mariquitinas, a doblar la ropa y a deshacerla, y entretanto surgieron roces de amor por doquier hasta convertirme en el velludo humano que acudió a las citas de las vacunas sin insultar a los diablos ni a los dioses. El orgullo fue naciendo mientras me miraba las venas donde a veces notaba inclinaciones genéticas por la tormenta o por el cuerpo, por la piel o por la sonrisa, por un signo o por una simple palabra; de eso y de pobre sin pronósticos me fue sobando la vida. Si no aprendí a distinguir a los demás por sus condiciones éticas, sexuales u oníricas, no lo haré ahora porque no sabría hacerlo. Cuando llegué había un mundo con seres semejantes en la grandeza y en el hambre, y aquí me hallo, con mi grito, mi mesura, mi dolencia y mi tiempo. Créeme si te apetece.



Ramón Llanes.